martes, 30 de junio de 2009

Mi Eterna Enamorada

En estos momentos, en que no tengo tiempo para nada, mientras estoy en el bus--por ejemplo--en vez de dormitar, me gusta pasar el tiempo examinando mi pasado. Vienen a mi cabeza miles de fisonomías y nombres de aquellas personas que marcaron en algo mi vida, ya sea con su amistad, con alguna enseñanza, con algún libro (esto es sumamente raro en mí, me gusta relacionar a la gente con algún libro o alguna canción), en fin con algo. Y pensar que será de aquellas personas, ahora, en estos mismos instantes.

Hay personas que no necesitan pasar por tu vida más de una vez para convertirse en seres memorables, inolvidables; como también hay otras que están siempre a tu lado y no las valoras tanto (como deberías) hasta el día en que los senderos de la vida los separan, en otras palabras, se van, se pierden, desaparecen.

De ahí que nace el refrán: “Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”. (Este refrán va más relacionado con los objetos materiales, pero hagamos una excepción).

Pues, recién en ese momento, en que las perdiste, las echas de menos y quisieras retroceder el tiempo, quizás para decirle tantas cosas que nunca te atreviste a decir en su cara (por cabrón), es decir, te quedas con la terrible e insoportable duda del “Qué hubiera pasado si yo le hubiera dicho…”.

Por encontrarme en la situación de este último caso, cuando estoy entrampado en la melancolía, me tomé el atrevimiento de utilizar mi maltrecha bitácora cibernética (con el perdón de los lectores), para descargar mi alma y para que vean lo cursi que soy.

Quizás, me hago la tonta ilusión de que me lea esa persona y que le guste lo que le escribiré a continuación, en un simple formato de carta. Ya que no encontré otra mejor manera de expresión, pues no tengo ni siquiera tu correo electrónico.






Lima, 28 de junio de 2009

Queridísima Fabiola.

Ni Nostradamus, ni Josie Diez – Canseco ni Harry Potter (ni ningún pinche mago u brujo) hubiesen vaticinado que yo, el niño- chinche, que no te dejaba vivir en paz; terminaría escribiéndote esta carta llena de confesiones. Confesiones que lo atormentan y no lo dejan, ahora, vivir en paz.

Eras (y espero de que lo sigas siendo) rubia, un tanto pecosa y, lo que más resaltaba y me gustaba, tu nariz respingada, muy respingada. Aunque eras una niña mayor (por solo un año), por tu manera de mirarme, parecías demostrar saber muchísimas cosas más.

La verdad era que ya te “conocía de vista”, pues frecuentábamos, en ese entonces, muchas de las reuniones sociales a las que acudían tus padres y los míos. Que eran muy amigos desde hace ya mucho tiempo atrás.

Debo confesarte que esa amistad que tenían nuestros padres yo la hubiera usado como la excusa perfecta para conocerte, si no hubiese sido por los inocentes juegos, que de alguna manera, me simplificaron la tarea de hacerte “el habla”.

Aunque fueron justo esas compromisos sociales que yo tanto odiaba, para que, poco a poco, nos viésemos en la forzada necesidad de jugar entre nosotros (me refiero a ti, mis hermanos, tus hermanas y otros chicos más que estaban dando tumbos de aburridos en esos tediosos actos de la vida en sociedad).

Jugábamos diversos juegos como las escondidas, las carreras, las “chapadas” (mal llamadas, por cierto, ya que hacen alusión a caricias y enjuagues bucales.),”carretillas”, encantados, policias y ladrones, etc.



Por eso diré que recién te conocí oficialmente, en la escuela, para ser más exacto, en segundo de primaria. (Quizás ese fue el principal problema, nos conocimos demasiado jóvenes, unos niños aún).

Pues yo, como todo niño de 7 años, seguía el prejuicio machista e infantil de no juntarme con niñas, trataba de ignorarte olímpicamente, aunque creo que no lo logré.

(…)
Me gusta recordarte bailando marinera, con movimientos tan elegantes y con gracia de mariposa, y déjame decirte que eras una gran bailarina; no había fecha especial (me refiero con esto a los siguientes: día de la madre, del padre, aniversario de la escuela, concurso de danzas…en fin) en que no te viera bailar.

Nunca voy a olvidar aquel día en que me sacaste a bailar, creo que lo hiciste maquiavélicamente; ya que me caracterizaba por tener dos pies izquierdos y por odiar el baile. Sin embargo, lo hiciste así delante de toda la gente. Mientras tu madre festejaba diciendo que linda parejita. Había que ver la cara de felicidad de mi mamá.

Yo no sé como accedí a bailar, es que mientras que tú bailabas lindo y sonreías. Yo ya no pensaba.

Me carcajeo al recordar que al momento que decidiste darme una vueltecita, yo no sabía qué hacer y me tropecé y caí pesadamente, de cara al suelo, delante de todos los espectadores que corrieron a auxiliarme. Dando un fin estrepitoso al baile.

(…)
Tampoco voy a olvidar cuando nuestras madres se divertían a mares jugando (y a la vez fastidiándonos) a que nosotros éramos enamorados. Cosa que nos dejaba avergonzados y sonrojados. Esta situación tan incómoda y bochornosa que nos hacían pasar nuestras propias madres no nos caía en gracia a ninguno de los dos.

Porque, al menos para mí, en ese tiempo, en cosas relacionadas al amor no era ningún juego: era verdad que yo sentía algo muy fuerte por ti. Parecía como si en mi estomago estuviera revoloteando miles de mariposas e insectos, cada vez que te veía, me daba vergüenza, que tú te enteraras de esto. ¡Qué estúpido! Hoy, que me acuerdo de ti, recién me doy cuenta lo idiota que he sido contigo y seguro que lo seguiré siendo.

(...)
Mi madre, acompañada de mis insoportables tías, me sigue haciéndome sonrojar con nuestros recuerdos; es más, creo que con los años, el aprecio que mi madre sentía por ti aumento; porque no le cae, ni por la gracia de Dios, ninguna de las chicas con las que salgo y a todas las compara contigo. Y tú vuelves, a mi mente así de la nada y me olvido de la chica que invito a salir. A veces creo que mi mamá, mis tías y tú se pusieron de acuerdo en secreto y conspiran contra las pobres chicas que no tienen la culpa de que yo te haya conocido. Ya que pareciera que todas estuvieran de acuerdo en mantener vivo tu recuerdo a propósito.

(…)
Recuerdo que decías que te irías a España o a EE.UU. a estudiar la Universidad. ¡Ay Fabiola!, no sabes que cuando te oía decir eso, mi corazón kamikaze se encogía y sentía como si lo hubiesen elegido para la próxima misión terrorista como hombre-bomba del AL QAEDA. Me entraban unas ganas de llorar que calmaba entreteniéndome en cualquier cosa.

Permíteme que te confiese una cosa más… ¿Te acuerdas que las paredes del patio de la escuela estaban pintados de corazones rojos, en donde se leía claramente “Fabiola y (un signo grande de interrogación) Love for ever”? Que te hacía mucha gracia y nunca supiste quién era. Pues era yo.

Sí y no contento con ello, yo decía que eras mi novia. Aunque tú ni siquiera estabas enterada. Solo porque una vez te oí decir que te gustaría conocer al chico que escribía los corazones para casarte con él. (Recuerda que por esa época yo tenía como 8 años y tu, 9 y en nuestro pensamiento todas las historias de amor terminaban en matrimonio.)
Sorry por eso.

(…)
Fue pasando el tiempo. Hasta que en un momento dado tuve que mudarme. No tuve oportunidad de despedirme, entonces yo ya contaba con 10 años. Y me mudé de ciudad, de vida y de ti.

(…)
Aunque con el pasar del tiempo y los años cumpliste tu promesa de irte a estudiar lejos; me enteré que no te fuiste ni a la “Madre Patria” (España) ni a EE.UU. sino que habías dado la vuelta al mundo, hasta recalar en, la lejanísima, inexplorada y rara, Australia.

Aunque Sydney quede a miles de kilómetros (y de euros) de mi casa, sin contar con los interminables trámites para la obtención del pasaporte y la visa; te escribo desde la infernal Lima, desde mi destartalada carpeta de la Universidad, Fabi, para decirte que en los recuerdos que tengo eres capaz de arrancarme una sonrisa, y eso no es poca cosa. Una sonrisa en invierno es tan reconfortable como una taza de chocolate gratis.

Nuestra historia no fue triste ni mucho menos trágica, si no que fue graciosa y divertida; aunque lo reconozco, un poquito nostálgica. Que cuando la recuerdo me pone de buen humor.
Lo que más lamento es que te hayas ido así, de pronto y no te deje la dirección para que al menos me mandes postales.

Aunque suene huachafo y ya no sirva de nada, te diré lo que no me atreví a decirte: Te quise y, aún, extrañamente, te quiero, ya que solo tú, nadie más, será ese algo para siempre en mí: Mi Enamorada Eterna.

Siempre tuyo.




C. J. V. G.

PD: Tal vez, nos volveremos a topar (mantengo viva la esperanza) algún día en un restaurante, en un museo, en alguna galería de arte o en un café perdido y repartido a lo largo del mundo y nos volvamos a reír de nosotros mismos.

Ojalá que estés soltera y sin compromiso (aunque esto último no importa) para no poner unos tristes puntos suspensivos como final de esta historia. Te juró que la continuación de nuestra historia sería plasmada aquí, en el Blog, como un cuento de hadas, al fin con un final feliz.


O si decides ya nunca más volver, al menos date una visita al Perú y cuando pases por Lima, por favor, no dejes de tocarme la puerta.







NOTAS IMPORTANTES
- Saludar a mi hermano mayor, el gran Toto, por su cumpleaños número 23.¡ Ya estás viejo,man!

-Comenzaron los terroríficos y crueles exámenes finales, por lo que me vi en la necesidad de suspender las publicaciones en el Blog.
-Espero que les guste este post hecho en una media hora, lo podrán comprobar pues esta vez no puse tanto cuidado en la ortografía ni en la gramática. Sorry por eso.

Les dejo con un video realmente excepcional, de acuerdo a la temporada invernal que vivimos en Lima y se la dedico, con todo cariño, a Fabiola. Aunque ella esta en Sidney y no en Nueva York como Delilah ( la chica de la canción).Bueno, la canción se llama HEY THERE DELILAH y está a cargo de la banda estadounidense (especificamente, de Illinois) PLAIN WHITE en la voz de Tom Higgenson.








VIDEO DE LA SEMANA
¿Será cierto que de cada diez argentinos uno es gay? ¿Cómo estás segura de que tu amigo u novio argentino no es gay? Mira cómo reaccionan este grupo de amigos al empezar a dudar de ellos mismos y de su masculinidad. Con la cortesía de la bebida Fernet Cinzano.






lunes, 15 de junio de 2009

Feliz Cumpleaños a Ti y a Mí (o Réquiem al Blog)

Soy muy malo (podría decir hasta pésimo) para recordar fechas especiales.

Esta es la principal razón por la cual decidí que el mismo día de mi onomástico (7 de junio) sea el aniversario de este humilde Blog. Pues, después de mucho pensarlo, meditarlo y repensarlo, otra vez, he llegado a la conclusión de que sería mucho más práctico recordar que en un solo día se celebrasen dos acontecimientos importantes, que recordar cada acontecimiento por separado y con su respectivo día festivo.


Esto de no acordarme fechas me causo un sinfín de problemas a lo largo de toda mi vida, ya que por esto perdí muchos ‘amigos’, pero más ‘amigas’ (que yo los catalogaría como intolerantes) que no me perdonaron el simplísimo hecho de no recordar lo importante y transcendental que es para ellos, y ellas, esos días con números resaltados, de color amarillo fosforescente, en mi calendario que en el fondo es un día más.

Sobre todo si es de esas insoportables personas que te para repitiendo y repitiendo que tal fecha es su cumpleaños y no te dejan tranquilo hasta que te lo aprendes o, aun peor, te dicen o te “recuerdan” que tal fecha es el cumpleaños de fulano y que tenemos que hacerle algo o darle algún obsequio, pues se lo merece. ¡Qué joda por Dios!

Aunque esto puso en riesgo mi vida social y para no ser un emo más, uso una agenda.

(…)
De qué sirve acordarte un cumpleaños o un conteo de tiempo manifestado en días, hora, minutos. Hasta suena un tanto ridículo (escuchen sino cuando tus amigas comentan frases como ya llevo 2 días con él ; ya cumplimos 3 meses, 11 días y 5 horas sin pelearnos; etc.



Está bien, estoy de acuerdo es un detalle muy bonito saber que se acuerdan de tu aniversario, pero nada más. ¿A caso por ser tu cumpleaños, el día durará 30 horas o habrá algún eclipse de sol?

(…)
En fin, en estos momentos previos de exámenes, con un año más sobre mis famélicos, débiles y cansados hombros, me escape de estudiar Obligaciones y escribir este post.

Hace ya algún tiempo (diciembre del 2008) escribí un post titulado ‘Oda al Blog’ por cierto que de Oda no tiene nada). Básicamente es un agradecimiento a todos los que hacen posible que siga posteando, que no son otros que los lectores (Bloggers, ‘anónimos’, etc.) porque sus comentarios son una forma de alimento espiritual (en verdad me gusta que se sientan, de alguna forma, identificados y se diviertan con los casos autobiográficos que narro y se olviden así, por un momento de sus asuntos existenciales).

(…)
En esta ocasión contaré los orígenes (el cómo y por qué) de esta “aventura cibernética” convertida y comprimida en un Blog.

En principio tendré que decir que la idea de crear el Blog no fue mía. Si no fue de un distinguido profesor de la Universidad, para ser más exactos, de la Facultad de Letras, llamado Paul R. o simplemente Paul para los amigos.

Un día, a mediados de octubre del 2007, este profesor, que enseñaba el célebre curso de Redacción, nos había dado una tarea de componer un ensayo sobre un tema libre.

Recuerdo que por esos días andaba con el corazón hecho pedacitos y escribí la composición con la intención de desfogarme y (en cierto modo vengarme) con un ameno título: “Una Relación Análoga entre el Amor y el Comunismo” en el cual, despotricó contra el amor, comparando y hallando similitudes con las políticas de China. Fue, principalmente, una crítica.

Soy consciente de que lo hice molesto y sin ganas; en pocas palabras, como casi todos los que hacen por obligación, solo por cumplir.

Sin embargo, creo que a Paul le gusto mi forma de escribir, eso me dijo cuando me lo encontré en la cafetería. Ambos pedimos un café y nos pusimos a conversar. Hablamos mucho sobre literatura, libros, poemas hasta de música y el amor.

Yo le narré del mejor modo, mi desventurada vida amorosa pensando que el con su experiencia me ayudaría a sobrellevar las lecciones duras de la vida. Pero su respuesta me dejo aun más perplejo y hasta un poco enojado.

--“Cuanto me alegro que esa chica te haya roto el corazón”.

Su respuesta tenía toda la razón; porque, si nos ponemos en el hipotético caso, de que hubiera conseguido lo que quería (o sea estar con la chica), nunca me hubiese inclinado por escribir y en estos momentos no existiría esta bitácora en la red.


Esta chica me estaba haciendo un favor, el enorme favor de rechazarme y yo, todo cabrón, me desquitaba a regañadientes, con el mundo en un pedazo de papel.

(…)
Fue el inicio de una larga amistad, que conservo hasta el día de hoy.

Qué tipo para más inteligente, divertido y culto era Paul, a pesar de que ya no era tan joven, creo que a duras penas arañaba los cuarenta, era un sabelotodo, era Wikipedia en persona.

Me preguntó si tenía escritos guardados, en eso pensé en las cartas de amor que nunca llegué a mandar y que las tenía aguardadas en un sobre. Le respondí afirmativamente.

Aproveche la ocasión para contarle que había intentado escribir algunos poemas, crónicas, ensayos y, uno que otros cuentos. Me dio unas palmaditas en el hombro y me dijo que se las trajera, que él podía darse un tiempo para revisarlas y me daría su opinión.

Yo, no sé si para hacerme el interesante o por la todavía desconfianza, le mentí. Le dije que me era imposible mostrárselas ya que como no me habían gustado, ni me parecían buenas, las había quemado.

Hasta el día de hoy me arrepiento de haber dicho eso. Enseguida vi el rostro de Paul deformarse en un gesto de enojo (estoy seguro que se trago un carajo que estuvo a punto de indigestarlo y que le fregó el resto del café).

Me dijo que no lo hiciera nunca más, que yo, aunque, tenía una buena creatividad, me había comportado como un bárbaro, como un ignorante, que quizá uno de esos poemas hubiera sido el ganador en el último concurso de poesía de la Universidad; me sermoneo un buen rato.

Me conto historias tristes de escritores (el caso que me llamó más la atención fue de Franz Kafka) que al desconfiar de ellos mismos nunca se atrevieron a publicar sus escritos y murieron, así, en el más completo anonimato. Años después, esos manuscritos fueron publicados, por terceras personas y se convirtieron en clásicos de la Literatura Universal.


Por último me hizo jurar que jamás vuelva a quemar una sola hoja de papel y me animó a que siguiera escribiendo. Mas yo por darle la contra lo reté respondiéndole de que me serviría escribir si iba a ser igual; ya que, al final, nadie leería mis escritos.

Paul, esbozo una sonrisa y fue como Nostradamus, dándome un consejo: “Crea un Blog”.

Aunque Paul se fue a estudiar un doctorado a España, de vez en cuando me lo encuentro en el Messenger.

(…)
La idea me daba vueltas en la cabeza. Pero no me atrevía, hasta que me llene de valor y en febrero del 2008 cree “El Hombre del Espacio Interior”.

En cuanto al nombre diré que lo saque del título de una canción, del mismo nombre, de un excelente grupo español de rock llamado La Habitación Roja.
Narra la historia de un hombre que decide construirse un mundo interior. Me sentí identificado y adopte, inmediatamente, el nombre. Les recomiendo la canción es muy buena.

(…)
Sin embargo, otro problema se me presento: el tema a tratar o sea el tipo de blog que debía administrar, el tipo de contenido, el tipo de gente a quien estaría dirigido, etc.

Entonces decidí no publicar nada hasta tener bien en claro la temática del Blog. Por ese entonces “coquetearon” por mi mente diversos temas:

Un día me decidía a escribir sobre Cultura, otro día sobre Política o sobre Realidad Nacional, etc. (era muy consciente que con esos temas solo me leería mi papá, mi mamá y algunos de mis tíos).

O sino cuando estaba "en planes" con alguien, me mandaba a “acribillarle” con versos de todo “calibre”, hasta componía canciones lloronas, dignas de un desahuciado; más tristes e insoportables que las canciones, de ese par de homosexuales, de Sin Bandera y de los “seudos poetas” Ricardos (me refiero a Arjona y a Montaner).

Además de esto en un post pasado explico que traté de imponer el tema de la poesía, como el “fuerte” de este blog, junto a mi gran amigo, Diego. También pensamos en utilizarlo como un medio para generar polémica sobre temas de Literatura, pero todo quedo en nada. (Creo que esa fue la excusa para reunirnos muchos fines de semana y contarnos cosas morbosas en medio de montañas de cigarrillos y cervezas).

Como olvidar que alguien me recomendó exponer temas sobre pornografía y sexo, pero era irónico, pues yo solo contaba con 19 años y era casto. Así que no le hice caso; ese mundo tenía que descubrirlo por mis propios medios y lo hice un año después (esa será un próximo tema en el blog).

Y así fue hasta que el lunes 29 de setiembre del 2008, recién colgué el primer post. Es un caso de mi vida real y verídica.

(…)
Si me preguntan que estilo sigo diría que no sigo ninguno en especial. Este es un estilo nuevo, propio, contemporáneo, hecho por un joven para gente joven, donde vuelco todo lo aprendido de mis libros de mi biblioteca y de mi vida misma.

Yo lo llamó Literatura Urbana. Por la simple razón de que todo esto sucede desde un plano de una ciudad.

Y seguiré publicando hasta que se me agoten los temas, solo déjenme decirles que para eso todavía falta mucho tiempo…
Ahora yo les pregunto a los lectores(a los que administran un blog, sobretodo) ¿Qué les llevo a crearse uno?

Espero que les haya gustado esta Edición Especial y espero con ansias sus comentarios.


Se despide:
El Hombre del Espacio Interior

NOTAS IMPORTANTES
--Sinceramente dar las gracias a todos por su comprensión porque estoy más “full” que nunca y no postear en mi cumpleaños.
-- Una amiga mía me ha dicho que ya no publiqué más mi vida íntima. Ahora quiero consultarles a ustedes : ¿Están de acuerdo que nunca más toque el tema de mis ex amoríos? En ustedes, en sus comentarios, está la última palabra.

--Me siento cada vez más “tío” por eso les mando esta canción cuyo título en español es algo así como “CUANDO ERAS JOVEN”. Tengo que resaltar esto, pues me fui de juerga el sábado , ya es martes y no me pasa la resaca. El año pasado solo estuve mal algunas horas ; en cambio, este año me siento fatal.

Aquí les va el mencionado video de la banda estadounidense THE KILLERS y con uno de sus temas clásicos,” WHEN YOU WERE YOUNG” y que guarda relación que mientras más pasa el tiempo, más lejos estas de la juventud.
Aunque ustedes dirán que, por las imágenes, más tiene que ver con la infidelidad. En fin, véanlo y escúchenlo y saquen sus propias conclusiones.



VIDEO DE LA SEMANA
Dedicado a un símbolo de la promiscuidad, Mondragón de Malatesta, espero que te guste...